
El ‘skyline’ de Nueva York presenta una nueva silueta de lo más singular, el 111 West 57th Street. Este nuevo edificio está ubicado en Midtown Manhattan, un barrio cargado de símbolos culturales como son el Carnegie Hall, el Lincoln Center y el Museo de Arte Moderno. Esta construcción, que se eleva sobre Central Park ofreciendo una estampa única a sus residentes, se ha convertido por su relación alto-ancho de 24:1 en el rascacielos más delgado del mundo y el segundo edificio residencial más alto del hemisferio occidental gracias a sus 435 metros de altura, que incluyen 84 plantas y una corona de acero decorativa de 91 metros.
Fruto de la colaboración entre los promotores JDS Development Group, Property Markets Group y Spruce Capital Partners, la nueva torre que comenzó a construirse en 2014 rinde homenaje a los rascacielos más icónicos y célebres de la Edad de Oro del diseño arquitectónico de la ciudad de Nueva York y muestra una serie de elegantes escalones emplumados que se estrechan delicadamente en la fachada sur a medida que se eleva hacia el cielo.
Los paneles de terracota, material que se utilizaba en Manhattan hace 120 años, crean un juego de sombras y luces, mientras que su acabado de vidrio contrasta con la filigrana decorativa de bronce. Todo en este edificio está medido al detalle. Además de contar con el hormigón de mayor resistencia del mundo, dispone de un amortiguador de masa de 800 toneladas que minimiza el movimiento y las vibraciones en caso de fuertes vientos o terremotos.
El 111 West 57th Street, también conocido como Steinway Tower, se compone en realidad de dos estructuras diferenciadas: el Steinway Hall, sede de la empresa de pianos Steinway & Sons diseñada originalmente por Warren & Wetmore –arquitectos de referencia en Nueva York, artífices de la Grand Central Station– y el nuevo rascacielos hecho por SHoP Architects. En total ofrecen 60 residencias, 14 en el edificio de 1925, que ha sido restaurado en colaboración con la Landmarks Preservation Commission de Nueva York, y 46 viviendas de planta completa y dúplex en la nueva torre. Ambas estructuras se conectan mediante un amplio vestíbulo central. Para la entrada de la manzana se recurrió a artesanos neoyorquinos para crear ‘una serie de experiencias emocionales’ inspiradas en los rascacielos del pasado.
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