
Beacon, un golden retriever de 4 años, se ha convertido en toda una sensación en plena celebración de los Juegos Olímpicos en París. Aunque se encuentra a miles de kilómetros de distancia de la capital, sus vídeos, dejándose acariciar, intentando animar o consolando a las gimnastas estadounidenses, se han vuelto virales en redes sociales. Nombrado como el «primer perro oficial de terapia con mascotas de USA Gymnastics», este amigo de cuatro patas acompaña desde hace un tiempo a los deportistas en competiciones para ayudarles en momentos de estrés y tensión.
Hasta la mismísima Simone Biles ha caído rendida a los encantos de Beacon. La gimnasta no lo ha tenido nada fácil estos últimos años desde que se retiró en Tokio 2020 en plena competición. La presión, el estrés y la ansiedad derivados del deporte de élite le llevaron a priorizar su salud mental en un momento de triunfo en su carrera. El mensaje caló en el equipo de gimnasia de Estados Unidos, quien decidió adoptar a este nuevo miembro perruno para cuidar la salud mental de sus integrantes.
Li Li Leung, directora ejecutiva de USA Gymnastics, fue la artífice de la idea. Llevaba a su propio perro a la oficina durante la pandemia y observó cómo brindaba apoyo y consuelo a los gimnastas. Tracey Callahan Molnar, la adiestradora de Beacon, apoyó la idea y, finalmente, el Team USA adoptó a Beacon en 2020, con tan solo 8 semanas de vida.
Una casualidad que, según comenta David Ordóñez, fundador de Perruneando, tiene que ver mucho con la primera vez que se introdujo a un perro en terapia asistida. Aunque el origen formal de la intervención asistida con animales es difícil de establecer, los primeros pasos fueron dados por el psicólogo estadounidense Boris Levinson, que en los años 60 descubrió de casualidad que introducir perros en sus terapias beneficiaba a sus pacientes. Un día, un niño que hoy sería diagnosticado con autismo llegó a su consulta. Su madre, muy desesperada, no sabía qué hacer. En ese momento, el perro de Levinson salió a saludar al niño, quien comenzó a interactuar con él. A raíz de esta experiencia, surgió la Delta Society, una fundación dedicada a promover la interacción humano-animal, conocida actualmente como Pet Partners.
El bienestar mental en los deportes de alto rendimiento
En el mundo deportivo, tan cargado de emociones y presión, los animales de compañía han demostrado ser una pieza clave, tanto en los momentos de celebración como en las derrotas. Según Ordóñez, la introducción de un perro lo que añade es un componente motivacional y una serie de beneficios de corte fisiológico.
«Cuando una persona acaricia a un perro, hay una descarga de oxitocina, la conocida como la hormona del amor, y una rebaja de cortisol, siendo esta la del estrés. En el caso de los deportistas de alto rendimiento, también se sabe que el contacto con estos reduce la tasa cardíaca», añade el experto, quien destaca que estos cambios fisiológicos mejoran el bienestar de la persona.
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